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La Librería Juan Ramón de Lugones cierra sus puertas tras casi 30 años

Miercoles 23 de Octubre del 2024 a las 08:24


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La Librería Juan Ramón, ubicada en la calle Leopoldo Lugones conocida como “La Peatonal”, cierra sus puertas tras 27 años abierta al público. El propietario, Juan Ramón González, se retira por enfermedad y el local cerrará su persiana de manera definitiva el 1 de noviembre.

González recuerda que fue en 1997 cuando cogió el traspaso de la Librería, “trabajaba con el taxi, ya que teníamos una parada en Posada de Llanera, y un compañero de mi padre tenía esta librería y fue mi madre la que me preguntó: “¿por qué no cogemos la librería en Lugones? Y nos lanzamos y la cogimos”, comentó.

Los padres de Juan Ramón son de Llanera y fueron a vivir a Lugones, a la calle Alfonso Camín, cuando él tenía tres años. “Cuando comencé con la librería madrugaba a las 5,30 horas de la mañana y empezaba a repartir el periódico a las 7,30 y acababa a las 8,30 horas, solo repartía en Lugones y algunos más iban para Cayés, porque me cogían bastante periódicos allí, sino no me compensaba por el gasto de gasoil”, explicó.

El dueño de la librería aseguró que han cambiado mucho los hábitos de los consumidores, en cuanto a la compra en este tipo de establecimientos, “creo que esto va a pegar un bajón más grande aún de la noche a la mañana, porque todo el mundo compra por internet, ya que tiene en la mano el móvil o la Tablet. Las que subsisten, creo que lo hacen gracias a la paquetería”, afirmó.

Juan Ramón explicó que puso la librería con traspaso, pero nadie se interesó por cogerla. “Vendíamos de todo: juegos, detalles de comunión, todo tipo de productos de papelería, libros, revistas, entre otras cosas. Trabajamos todos los días, solo se descansa tres días años Navidad, Año Nuevo y un día de Semana Santa. Lo peor eran las mojaduras que me cogía los días que llovía y el tener que madrugar tanto”, apuntó.

González comentó que ahora dedicará tu tiempo libre a hacer ejercicio con sus padres y quiere hacer algún curso de informática, vivir más tranquilo y hacer todo lo que no le daba tiempo con la librería. “Quiero dar las gracias a todos los clientes que estuvieron aquí conmigo. A los clientes en general, que son unos muy majos y los voy a echar a todos de menos. Por aquí han pasado dos generaciones, ya que los padres venían a comprar los libros y ahora lo hacen sus hijos”, afirmó.