SIERO

SOCIEDAD

El maestro, José Manuel Arregui, recibe su reconocimiento como una de las personas que acompañó a “los niños de la guerra”

Sábado 05 de Octubre del 2024 a las 18:31


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A la entrada de las antiguas escuelas de Feleches ya se encuentra colocada la placa en honor al maestro, José Manuel Arregui, en la misma reza el siguiente texto: “Acompañó en su cuidado y educación a los más de mil niños evacuados a la Unión Soviética desde el puerto de El Musel, Gijón, el 23 de septiembre de 1937 a quienes el gobierno de la República deseaba poner a salvo de la contienda. El exilio se prolongó durante veinte años para aquellos “niños de la guerra”.

Esta iniciativa partió de la Asociación Niños de Rusia, que se creó hace tres años y está formada por los descendientes de esos menores. El objetivo de la Asociación es reivindicar la labor que hicieron sus padres y recordar esa parte de la historia. La colocación de esta placa forma parte del proyecto denominado “Geografía e historia de los niños de la Guerra”, que está compuesto por el reconocimiento a los 20 maestros. La primera placa que se colocó fue la de la maestra Mercedes Rodríguez Fernández “More”, en el centro social de Cayés. En el caso de Arregui es la quinta placa que se coloca.

En el acto intervinieron el presidente de la Asociación Francisco Lago, el vicepresidente, Gonzalo Barrera, el sobrino de José Manuel Arregui, Urbano Arregui, el presidente de la Asociación de Vecinos de Feleches, Emilio García, y el alcalde de Siero, Ángel García.

Arregui comentó que el maestro Arregui ejerció su profesión en Feleches del 30 hasta el 36, que se fue a Rusia. “Nació en 1908 y siempre estuvo con mi padre, Urpiano, aprobaron la carrera juntos en 1928, José Manuel vino a dar clase a Feleches y mi padre fue a Collao iban a trabajar en bicicleta o andando los dos. Ellos dos eran el bloque más joven de los hermanos Arregui, pero la carrera más singular fue la de él, que dio clases en Rusia y Chile, además ha recibido muchos homenajes como el de la Escuela Diplomática y estuvo enseñando español en la universidad. Lo que más me llama la atención es que tras más de 50 años de su regreso de Rusia y 25 de su fallecimiento se le siga homenajeando, eso es un gran mérito y me llama la atención su arraigo”