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SOCIEDAD

El CP El Cotayu apostó por la intergeneracionalidad en su convivencia anual

Sábado 27 de Septiembre del 2025 a las 13:46


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El viernes, 26 de septiembre se celebró en Llamuñu la convivencia escolar del CP. El Cotayu de Carbayín Alto, que fue organizada por Estefanía Moro, maestra de Llingua Asturiana, con la colaboración de Alejandro, maestro de Educación Física y de Patricia, maestra de Educación Infantil, además de la participación de todo el profesorado del centro.

Esta convivencia se realiza todos los años a principios de curso para que el alumnado y el profesorado se vayan conociendo. Años atrás se organizaban excursiones educativas y otros cursos se realizaba en el propio colegio, pero desde que El Cotayu cumplió los 50 años, quisieron recuperar las convivencias más tradicionales, las que se hacían en los pueblos cercanos, en los pueblos donde vivían los propios niños: La Camperona, El Planal, y este año en Llamuñu. Con el objetivo de dinamizar e interaccionar, celebran sus convivencias con juegos, rutas, meriendas, y sobre todo conocimiento de lo que tienen a su alrededor.

Este año dan un paso más, y el profesorado pide a los vecinos del pueblo que sean partícipes de la convivencia. La intergeneracionalidad es un tema importante en los objetivos del centro. Afincados en un entorno rural y envejecido, consideran muy beneficiosa la relación e intercambio entre varias generaciones. Así pues, organizan salidas al entorno en Areñes, donde los niños de infantil salen acompañados de los vecinos del pueblo; en primaria, y con la ayuda de Wanda, una perrita de apoyo, visitan residencias para trabajar, jugar e interaccionar con nuestros mayores.

Este año, y con motivo del proyecto “Juegos y juguetes”, que llevan a cabo en el colegio, también se van a realizar talleres en infantil, donde serán los mayores del pueblo los que enseñen a los pequeños cómo jugaban antes, y también cómo construían sus propios juguetes.

La convivencia en Llamuñu comenzó con una ruta desde lo alto del pueblo. La primera parada fue en el “llavaderu” donde Cindy y Vanesa, dos vecinas del pueblo, les enseñaron cómo se lavaba cuando no había lavadoras en las casas. Después siguieron camino hacia la plaza del pueblo, donde conocieron la capilla de San Juan Evangelista y se pudieron hacer una foto junto a la espinera, árbol que marca el centro geográfico de Asturias. Tras una parada en la escuela para dejar las mochilas, se dirigieron al “caleru”, unos antiguos hornos donde transformaban la piedra caliza en cal, la cual sirvió para construir el pueblo, y posiblemente, los pueblos cercanos; según les contó Fernando, otro vecino de Llamuñu.

La última parada, y la más deseada por los niños, fueron las antiguas escuelas. Allí comieron el aperitivo, mientras los profes y los vecinos preparan los juegos. Cindy, Fernando, Carlos, Luis, Brezo, entre otros, fueron los encargados de jugar y enseñar a los niños y niñas de El Cotayu. La rana, el pañuelu, la comba, el tiru de cuerda, llanzamientu de madreñes, tiru al palu, y una exposición de tintes naturales, completaron la actividad lúdica de este día; donde alumnos, profes y vecinos trabajan, conviven y se divierten juntos.

Pero falta la guinda del pastel: ¡los helados! Unos helados caseros de cereza, nata y fresa, que causaron furor entre el alumnado.

El Tapín

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