LLANERA

SOCIEDAD

Chechu Rubiera y Llanera sin Barreras participaron en la Semana de la Salud y el Deporte del colegio de Posada

Miercoles 21 de Mayo del 2025 a las 15:23


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El exciclista, Chechu Rubiera, visitó el colegio público San José de Calasanz de Posada de Llanera con motivo de la celebración de la Semana de la Salud y el Deporte. Rubiera acudió para presentar a los alumnos de primaria su punto de vista como deportista y en la actualidad como responsable de una empresa asturiana en el sector de la bicicleta, “vengo a promocionar la bici entre los más pequeños, como medio de transporte, como forma de ejercicio sana y también con la vertiente competitiva en la que muchos no tendrán interés, pero que también está ahí y que se da a conocer”, comentó.

El deportista además aseguró que su charla se centró sobre todo en la seguridad vial, “cuando vengo intento explicar temas sobre todo muy relacionados con el mantenimiento de la bicicleta para la seguridad del que la usa, el tema del casco, de la ropa visible, los chalecos reflectantes si salen de noche, ese tipo de cosas que van un poco orientadas a que los críos pierdan el miedo a salir en bicicleta por la carretera, pero que también lo hagan conscientes de que hay un riesgo y que tampoco puede ser un juego de ir distraídos y sin poner atención. La tendencia en la que todas las grandes ciudades se están moviendo es la creación de carriles bici, y tenemos que ir cambiando poco a poco la mentalidad que tenemos de movernos en coche, no ya solo desde el punto de vista medioambiental, que es un poco la preocupación que podemos tener todos ahora, sino también el egoísta, es decir, es que es más rápido, más barato, son todos ventajas y sin embargo no acabamos de entrar por ese desplazamiento corto”, afirmó.

La Asociación Llanera sin Barreras también visitó el centro para contar a los alumnos de 6º de primaria una historia de superación, la de José Alberto Gafo, una persona con movilidad reducida, que compartió con los alumnos su odisea en un viaje a Calatayud. Lo que para muchos podría ser una simple escapada, para él se convirtió en una carrera de obstáculos: escaleras sin alternativa, restaurantes sin accesibilidad, baños imposibles y calles que no están pensadas para todos.

Su historia, marcada por la empatía, la resiliencia y una gran dosis de frustración controlada, nos deja una enseñanza que va más allá de las barreras arquitectónicas: las barreras más difíciles de derribar siguen siendo las mentales.

El Tapín

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