LLANERA

SOCIEDAD

El retablo de la Capilla de San Antolín de Villabona cumple 20 años, es una pieza única realizada por el vecino de la parroquia: Remi Alonso

Jueves 09 de Enero del 2025 a las 20:31


🔎  Aumentar texto 🔎  Reducir texto

Se cumplen 20 años de la instalación en la Capilla de San Antolín, en Villabona, del retablo único y espectacular realizado por un vecino de la parroquia: Remi Alonso. El periódico El Tapín ha podido pasar una hora admirándolo junto a su creador y el párroco de la Unidad Pastoral de Posada de Llanera y Vicario de la zona centro, José Julio Velasco. Éste último explicó que la idea de hacer un retablo surgió del propio Remi, en una peregrinación a Santiago de Compostela, que realizó la parroquia de Posada.

“En la capilla solo había un Sagrario, que estaba muy deteriorado y apolillado. En el año 2004, que hicimos una peregrinación a Santiago y Remi vino con nosotros, ahí me planteó, oye, ¿y aquel Sagrario tan deteriorado? Había que restaurarlo. Entonces, dije yo, venga, vamos a verlo. Me presentó un boceto y luego, según iba avanzando, dice: “oye, se me ocurre también que podíamos restaurar más cosas, como los santos y así empezó, a poco y a poco y reconstruyó todo”, recordó Velasco.

Remi explicó que le llevó 14 meses construirlo, “lo hice todo con madera y materiales que yo tenía en casa y otras cosas que compré gracias a la parroquia. Lo primero que hice fue restaurar los Santos de la Capilla, porque todos tenían polilla y estaban sin pintar. Son muy antiguos ya. Después fui haciendo unos croquis y, bueno, surgió esto. Después lo estuvimos viendo y gustó a todo el mundo”, comentó.

Este retablo es único, no se parece a ninguno que se haya visto en las iglesias ni de Llanera, ni de los alrededores. “Como esto, no hay nada. Me hubiera gustado usar solo madera de castaño, pero no fue posible, así que lo hice con madera de pino, castaño y nogal. Los laterales son de corcho, que de aquella época se llevaba ponerlo en los suelos, en las casas, corcho barnizado. Aquí lo más caro son las vidrieras, que es un vidrio italiano. Estos son como si fueran unas puertas o unas cristaleras. Entonces, según iba haciéndolo de madera, iba preparándolo por lo del vidrio. También realice una especie de bancos a los lados llamados sitiales. Fue la madre de José Julio la que realizó los cojines para ellos. También hice la mesa del altar y el amón. Lo más característico del retablo es que cuenta con una piedra de gran tamaño de espato flúor, en homenaje a la mina de la localidad y otra de esas piedras está en el altar. Hay también dos confesionarios a los lados del retablo”, explicó.

“Esta es una pieza única de artesanía, Remi es todo un artista, dedicó más de 13 horas al día en aquella época para acabarlo. Es que lo llevan a la sangre. Me regaló, cuando hice mis bodas de plata de sacerdote, un escanciado de sidra grabado con mi nombre, que todos los que me lo ven me lo quieren comprar, pero yo me niego”, recordó Velasco.

Remi comentó que el retablo se fue haciendo en partes, lo primero que hizo fue el Sagrario, que tiene su particularidad, porque se ha conservado la puerta y los torneados; encima está la Cruz de Jesucristo, que fue restaurada y en la parte superior la Cruz de los Ángeles, tallada en madera de Castaño. “Esto era una cosa que me gustaba y me encantaba, por eso la hice sin ningún problema, estuve con depresión cinco años y entre esto y el Camino de Santiago me recuperé”, afirmó.

El retablo mide 6 metros de ancho y 3,65 de alto y se compone de tres módulos: uno central y dos laterales. Los Santos que forman parte del retablo son: San Francisco, Santa Bárbara, Jesús, la Santina de Covadonga y San Pablo. La imagen de San Francisco de Asís fue donada en su día por el Cardenal Don Francisco Álvarez Martínez. Remi también elaboró en madera un Vía Crucis.

La obra fue inaugurada por el entonces arzobispo de Oviedo y ahora cardenal, Carlos Osoro, que presidió la misa en junio de 2005.