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SOCIEDAD

Luz Divina Álvarez y Faustino Suárez fueron los homenajeados como Paisanos del Año 2023, en Agrosiero

Martes 14 de Noviembre del 2023 a las 09:00


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El domingo Agrosiero celebró la entrega de los premios del Concurso Exposición de Ganado Vacuno, en el Mercado Nacional de Ganado de Pola de Siero, pero antes de eso se entregaron dos trofeos a los Paisanos del Año 2023, que recayeron en Luz Divina Álvarez y Faustino Suárez, personas que dedicaron su vida laboral al campo.

Faustino Suárez, conocido como Tino, tiene 84 años y nació en Celles, en el barrio de La Landera, vivía en la casería con sus padres y sus cinco hermanos, Tino era el más pequeño de todos ellos. Estudió en la escuela de Celles y realizó en Bachiller en Pola de Siero, “en mi casa siempre tuvieron animales, vacas, ovejas y una burra. De aquella vivíamos de las vacas, tenía 13 o 14 animales, se vivía bien así, pero ahora no da ni con 50. La vida cambió mucho”, apuntó.

Tino reconoce que siempre trabajó en el campo con sus padres, “coticé más de 40 años en el campo, antes siempre iba a todos los mercados y ahora sigo yendo al de la Pola, los lunes voy y vengo y no traigo nada, pero me gusta porque es lo mío de siempre, además veo a mis amigos de un pueblo y de otro, con los que sólo coincido ahí, hablamos algo y nos ponemos al día. También iba a los mercados a Pola de Laviana, a Mieres, Villaviciosa y a Infiesto, pero íbamos de vez en cuando no todas las semanas como a Pola. Íbamos a comprar y sobre todo a mirar los precios que tenían, para saber si valían bien o mal”, comentó.

El Paisano del Año aseguró que la ganadería está en decadencia, “antes había mercado en Nava, Villaviciosa y ahora ya no hay ninguno, sólo Pola de Siero y un día a la semana, cuando antes eran dos. Los animales que yo tenía eran de leche, de carne aquí no se puede vivir. Cuando me jubilé dejé la leche, que daba mucho trabajo había que levantarse todos los días del año por la mañana a ordeñar y por la tarde, no teníamos descanso, vacaciones cero”, recordó.

Tino llegó a tener 120 animales de leche en su explotación en Celles, “pero a lo último tenía 50 o 60 vacas y los ganaderos de verdad comenzaron a tener más animales y a producir gran cantidad, porque en aquella época se vivía mucho mejor que ahora con la leche. Las vacas y los terneros valían más dinero que ahora, lo del campo vale todo poco ahora. No hay quien trabaje, prefieren tener el ganado suelto por el prado y que no dé que hacer. Los jóvenes marcharon todos, quedan muy pocos ganaderos uno por cada pueblo, pero son mayores y cuando lo dejen ya no habrá nadie. Algún joven que queda es porque ya se dedicaban a ello los padres, sino empezar de nuevo es una gran inversión, porque lo primero es tener un terreno y nadie nace con ello. Hay muy pocos muy pocos”, afirmó.

Luz Divina Álvarez nació en Ferrera y siempre vivió allí, tiene 77 años. “Nací en una casa del pueblo y tengo otro hermano, que trabajó en Ensidesa, mis padres también tenían animales en casa, aunque no era el sustento principal, porque mi padre trabajaba también fuera de casa, teníamos cuatro vacas para ayudar. Al casarme me vine con mi marido a la casa en la que resido y nos dedicamos siempre al campo. Hicimos una casa cuando nos casamos y la preparamos para la explotación, con varias cuadras”, afirmó.

Uno de los hijos de Álvarez, Jesús Manuel Quirós, decidió coger el relevo y se quedó con una de las cuadras que tenían. “Siempre nos dedicamos a la leche, aunque ahora mi hijo tiene alguna roxia por el prado. Al retirarme yo, decidió seguir con ello. Yo trabajé muchos años y hasta hace poco ayudaba, pero ahora a lo que me dedico es a mi huerta y paso por la cuadra a animarlo y para hacer lo justo, limpiarles las tetas a las vacas y poco más. Vendíamos la leche a la Central, a Nestlé y a Reny Picot fuimos cambiando”, comentó.

Luz Divina confesó que el trabajo en sí en estas décadas no cambio, sobre todo porque los ganaderos siguen estando muy sujetos a las explotaciones, es decir, tienen que trabajar todos los días del año sin descanso, “es cierto que hay más maquinaria que beneficia al ganadero, porque antes se trabajaba a mano, pero la sujeción es la misma. Considero que, si se puede vivir ahora de ello, y nosotros lo hicimos toda la vida ya que mi marido, Jesús Quirós, nunca trabajó fuera de casa en otra cosa. Ahora me dedico a la huerta, pero estoy un poco harta de los jabalíes, que no me dejan coger nada y a eso se suman los bichos, para coger cuatro patatas hay que cerrar bien para que no entre el jabalí. Esto unido al cambio de tiempo, que parecía hace poco tiempo que estábamos en verano, cuando ya es otoño”, comentó.

Tino y el marido de Luz Divina, Jesús, eran amigos de toda la vida, y cuando se casaron fue cuando se sumó Luz Divina a la amistad, “Jesús y yo siempre nos hemos llevamos muy bien y siempre nos ayudábamos con los tractores, enrollar, íbamos juntos al mercado de la Pola y trabajamos juntos en las dos explotaciones. Incluso de pequeños jugábamos juntos en Celles y en la Ferrera”, apuntó. Jesús falleció hace pocos años.

El Paisano del Año ahora tras retirarse se dedica a andar por la huerta y cuidar a cuatro vacas de carne que tiene, a las que va a ver todos los días y las cambia de prados. “Fue una gran alegría recibir este premio por parte del Ayuntamiento de Siero, no lo esperábamos y que pensaran en nosotros fue un honor”, afirmaron.