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SOCIEDAD
He tenido un sueño
Como exconcejal responsable de recuperar el impulso de las excavaciones arqueológicas, pero, sobre todo, como historiador del arte y como investigador y divulgador de todo lo que tiene que ver con el municipio de Llanera, no puedo menos que alegrarme por el anuncio hecho tanto desde el ayuntamiento como desde la consejería, de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), del yacimiento de Lucus Asturum.
Una alegría por haber alcanzado una meta importante y que, al mismo tiempo, tiene que ser un punto de partida para seguir sumando hitos que nos permitan, tiempo mediante, conocer mucho mejor de lo que lo podemos hacer ahora, la relevancia real que habría tenido Lucus Asturum en la época romana, como centro organizador del territorio y de la población en ese momento tan importante, y cómo se proyecta a la Edad Media.
Sin duda, llegar hasta aquí, como ocurre casi siempre, es fruto del trabajo de muchas personas, y del apoyo económico que se ha dado a las excavaciones, especialmente por parte del Ayuntamiento de Llanera, y los grandes beneficiarios somos los vecinos del concejo que vemos así aumentados nuestro conocimientos acerca de nuestro entorno más cercano, y, aunque en mi opinión todavía muy lentamente, vamos dejando paso al conocimiento científico en detrimento de otras “teorías”, visiones pseudo míticas, algunas de las cuales todavía siguen arraigadas en el imaginario colectivo.
Ahora todavía más, es el momento de la ciencia, de la arqueología, de la historia, como motor para proyectarnos hacia el futuro sobre buenas bases. Es el momento de tomar buenas decisiones, de que los propietarios de terrenos que todavía tienen reticencias a facilitar el trabajo de los arqueólogos se convenzan de las bondades de poner de su parte (las administraciones también tendrán que poner de la suya, claro está), en beneficio de todos y en el suyo el primero.
La declaración de BIC es un paso al que tendrán que seguir otros, pensados, meditados, con un horizonte a medio y largo plazo claro, con planificación, con dinero y con paciencia. Si las prisas en general nunca son buenas consejeras, en el caso de la arqueología lo son aún menos. El trabajo constante es la clave.
Déjenme soñar con un trabajo interdisciplinar, donde prehistoriadores, arqueólogos, historiadores, historiadores del arte, geógrafos puedan un día dar a luz un trabajo que nos lleve a conocer la evolución del poblamiento en Llanera, desde la prehistoria hasta la época romana cuando menos.
No nos olvidemos que muy cerca, en Santufirme, tenemos un castro que merecería que se le prestara también atención y fuera objeto de trabajos que ayudaran a ese objetivo, toda vez que el Cantu San Pedro mucho me temo que está totalmente perdido para los investigadores.
Como dijo Martin Luther King en uno de sus más celebrados discursos: “He tenido un sueño”.
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