LLANERA

SOCIEDAD

José Julio Velasco: “Salir de Llanera, siempre sería bajar un peldaño”

Lunes 07 de Octubre del 2024 a las 09:35


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Más de 200 personas de las parroquias de Bonielles, Arlós y Santa Cruz dieron una calurosa bienvenida al sacerdote y vicario general de la zona central, José Julio Velasco, que se hace cargo de las mismas tras la jubilación de Valentín Castelao. Su inició de este Ministerio Sacerdotal se celebró con una misa en la iglesia de Santiago de Arlós, que completó su aforo.

Las primeras palabras de Velasco las dirigió a su antecesor, “nuestro querido D. Valentin, por estos casi 51 años de entrega pastoral a las parroquias de san Nicolás de Bonielles, Santa Cruz y Santiago de Arlós, con celo, desvelos, espíritu de servicio, y generosidad. Has sido un humilde servidor de la “viña del Señor” y un excelente compañero, siempre disponible. Gracias inmensas por tu buen ejemplo de Padre y Pastor”, reconoció.

Velasco comentó que en su mente no pasa irse de Llanera, tanto es así que considera que: “salir de Llanera, siempre sería bajar un peldaño. Con mi estancia en Llanera pretendo aportar mi granito de arena para que los pueblos tengan vida y alma; éstos ofrecen una mayor calidad de vida, poder disfrutar de la naturaleza y sus paisajes de ensueño y el fruto de una convivencia cercana y solidaria. Aquí me siento acogido, querido, apoyado y feliz. Inicio esta nueva andadura al frente de estas parroquias, que pasarán a formar parte de la Unidad Pastoral de Posada de Llanera, agradeciendo al buen Dios este regalo que me brinda. El señor nunca deja de sorprenderme”, aseguró.

Velasco presentó ante todos los feligreses a las personas que le acompañarán en esta misión pastoral, Juan Carlos Tamayo, que será Vicario Parroquial, Jesús Bayón, Adscrito y de José Luis García, Diácono Permanente, además de Henry de Jesús Chavarría, que es seminarista. “Los que me conocéis y lleváis años trabajando a mi lado sabéis que mi objetivo es “Caminar Juntos”. La Parroquia no es un cortijo del párroco, donde como “Juan palomo, yo me lo guiso y yo me lo como”; el protagonismo ha de ser de toda comunidad de bautizados (sacerdotes y laicos), trabajando corresponsablemente. La Parroquia ha de estar en contacto con los hogares y la vida del pueblo y nunca ha de convertirse en una prolija estructura separada de la gente o en grupo de selectos que se miran a sí mismos. Vecinos, Asociaciones de Vecinos, Comisiones de Festejos, en nuestras parroquias, siempre encontraréis, casas que “acogen, escuchan, acompañan, comparten y celebran”. Queremos ser compañeros de camino que “construimos pueblo y hacemos parroquia”; es mucha la tarea que tenemos por delante como para malgastar el tiempo en rencillas o zancadillas; cada minuto es un tesoro de posibilidades que Dios nos da para hacer el bien, para mirar unos por otros y apoyarnos los unos en los otros”, apuntó.