LLANERA

SOCIEDAD

Pregón íntegro de los Exconxuraos de Chema Martínez

Domingo 02 de Julio del 2023 a las 10:59


🔎  Aumentar texto 🔎  Reducir texto

Es un gran honor para mí que me hayáis elegido como pregonero de la Fiesta de todas las fiestas de Llanera. Gracias. Siempre llevaré este momento en mi corazón como un recuerdo bien preciado. ¡Es mi primer pregón!; aun así, espero no defraudar. Antes de seguir, también quiero saludar de manera especial a quienes me precedieron en esta tarea.

Llevo desde joven contando las novedades de Llanera en los periódicos.... como corresponsal, dando cuenta de las noticias locales y de las romerías de antaño. ¡Lástima que en aquellos años no había Exconxuraos!  Más tarde, empecé a escribir otra serie de artículos de investigación, siempre sobre Llanera, en las revistas La Piedriquina y Perxuraos y ahora Cartafueyos de Llanera, aparte los reportajes esporádicos en El Tapín. Sigo haciendo todo ello y pienso que toda esa divulgación, que es reivindicación de lo nuestro, es la que me trae hoy hasta aquí.

Está claro que me interesa todo lo de Llanera, recoger pequeñas historias, saber de las escuelas, de los bares-tienda, del campo de aviación, de las fiestas, de las costureras, sastres, carpinteros, lecheras, fuentes y lavaderos; contar como pasaba el agua Pachu’l Cantu, hablar de las pandorgas del Mancu Ablanera, de las movidas de Enrique Pachín, los de Mero y el Topu, entre otros, en las fiestas de prao, etc… ; en fin, la microhistoria de nuestros pueblos y sus gentes, donde vosotros, confiándome recuerdos y vivencias, sois la fuente que nutre las páginas que escribo. Y por ello, en justicia, desde aquí, os doy las gracias.

Soy de pueblu, nací en Ca’l Ferreru de Tuernes el Pequeñu, hijo de Pepe y Maruja, con ferreros acreditados allí cientos de años atrás. Está claro que, al igual que muchos de los llanerenses, soy descendiente de aquellos exconxuraos por el obispo don Diego Ramírez de Guzmán en julio de 1412.

Deduzco que, en la casa de aldea donde yo hoy sigo viviendo, hogar durante generaciones de mis antepasados, era preocupación primordial la competencia en sus tareas artesanales, forjando el hierro, ferrando vaques y monturas, desenvolviéndose como carpinteros y labradores. Así pues, un heredero de todo ello, que sabe lo que es tirar del barquín de la fragua, agarrar el fierro con les tenazes y usar el porrón para moldearlo en la yuncla, es el elegido por el actual y democráticamente acreditado regidor de estas nuestras tierras para, con vuestra venia, hablaros hoy desde aquí.

Por los oficios que allí se ejercían, el ambiente de mi casa era movido, siempre había gente esperando por un encargo o encargando un nuevo trabajo. La actividad en la fragua terminó hace ya cuarenta años, cuando mi padre dejó el oficio. Como decimos por aquí, préstame muncho ver aperos de todo tipo, que salidos de aquella fragua aún se conservan en algunas casas, pues es como perpetuar el trabajo de mis antepasados. Cuando cerró la fragua mis hermanos y yo hablamos de conservarla, y la restauramos, y lo mismo hicimos con los utensilios que siendo propios de una caseria, teníamos en casa. Francamente estamos orgullosos del resultado. Y sus puertas están abiertas a quienes se acerquen a conocerla. Teniendo en cuenta que en el concejo de Llanera hubo, al menos, 27 fragues, es una pena que no se conserve ninguna más. Cuidar más el patrimonio que heredamos, en honor a quienes nos lo dejaron y para las futuras generaciones, debería estar programado como una tarea colectiva.

Hablando de ferreros en Llanera, la noticia más antigua se contiene en el documento De Seneria Alkemani a Sierralcaman donde cita en 1298 a "Peley Johanniz, ferrero, morador en Vaorio", como vendedor de propiedades a la mitra ovetense. Sería interesante ver si se refiere a la hoy llamada Ca ´l Ferreru en Baúro. Si así fuera, permitidme una licencia: mis abuelos emulaban al Obispo, pues las huertas de mi casa, las compraron hace ahora unos 100 años a los del ferreru de Baúro. Aclarar esto, es un tema, como algunos otros, que tengo pendiente.

Cuando era guaje, como todos los críos, estaba esperando que llegaran las romerías del verano, donde tanto se disfrutaba. Ahora pienso que todos, niños y mayores estáis, estamos, deseando que lleguen estas fechas para disfrutar a lo grande. En los Exconxuraos, hay actividades para todas las edades y todos los gustos. ¡No nos las podemos perder!  Aquí me vais a permitir un ruego: yo pediría que volviese aquel concierto de Paradigma que se celebraba en la iglesia de San Cucao. Era muy, pero que muy emocionante, y se echa mucho en falta.

Esta Fiesta de los Exconxuraos no es una romería, es muchísimo más, es la recreación de una parte singular de nuestra historia, es una de las grandes fiestas de Asturias cuya proyección sobrepasa las fronteras del Principado.

Esta Fiesta es la fiesta de todas las fiestas de Llanera; así lo ideó Lorenzo Ramos quien desde San Cucao, inculcó en las comisiones de festejos la idea de una festividad para todo el Concejo y ello, aliñado con consejos de otros entendidos, fue bien recibido y apoyado por el Ayuntamiento, materializándose en el año 2000 con la primera fiesta de Exconxuraos, en aquél recién inaugurado recinto ferial, a donde desde entonces, seguimos yendo año tras año. Hoy, las Sociedades de Festejos siguen siendo parte esencial de la Fiesta, pues representando en ella a los vecinos de sus respectivas parroquias, reafirman, como alguien dijo en su día, “el espíritu solidario, la unión y la fortaleza de todo un pueblo, el de Llanera”, tal como ya demostraron aquellos valientes perxuraos.

Cuando en 1408 se desencadena el conflicto que rememoramos, sus protagonistas, Gonzalo Martínez de Oviedo, recaudador del Obispo Guillén de Monteverde y nuestro Gonzalo Rodríguez de Posada, difícilmente podrían vislumbrar la transcendencia de aquélla disputa en la cuadra del de Posada, y sus consecuencias para los de Llanera, pero comenzaba así la insurrección, lo que hoy llamamos “viernes de rebelión”. 

Nuestro “sábado de excomunión”, duraría cuatro años, hasta que el nuevo obispo Diego Ramírez movilizó a la curia de San Salvador para buscar un acuerdo que llegó en julio de 1412, es decir, hace 611 años, aquí en Posada, entre nuestro Juan Fernández, tres canónigos y con Diego Menéndez de Valdés, vasallo del Rey y señor de la Torre de San Cucao, como testigo. Comenzaba así el “domingo del perdón”, que culminaría cuando los “treinta hombres buenos” de Llanera llegaron hasta el altar mayor de la Catedral. Al frente de aquella comitiva, estaba el alcalde de aquél entonces, que se dice era de Tuernes, como el de ahora, aunque el de hoy sí sabemos de cuál de los dos Tuernes es.

Los hoy vecinos de Llanera, como ciudadanos libres que somos, sabemos de nuestros deberes y derechos, y en un moderno símil con nuestros antepasados medievales, seguimos necesitando de Oviedo.

Pero hoy día, no peregrinamos a Oviedo en búsqueda de un perdón colectivo; nuestros actuales “hombres buenos” van a la Capital de Asturias reclamando a la Administración las ayudas y mejoras que necesita este Concejo para consolidarse como la sociedad moderna que es, para robustecer la posición que le corresponde a Llanera por historia, situación y potencialidad actual.

Hay quien define el carácter de los llanerenses como fuerte a la hora de reclamar derechos y flexible en la negociación para lograr acuerdos y concordia. Estas cualidades que al parecer se ejercieron para solventar el conflicto medieval, debemos seguir usándolas hoy todos nosotros, no solo los actuales “hombres buenos”, pues usándolas todos a una, mejor podremos afianzarnos en lo que somos y persistir en nuestros anhelos como comunidad.

Y termino agradeciendo el trabajo colectivo de tanta gente que nos permitió llegar hasta aquí. Aquella frase de Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”, se hace así realidad.

Es una suerte vivir en Llanera, en esta Llanera rural e industrial, tan diversa y complementaria. Al dicho ese que habla del polvo de Llanera, digo yo que, desde aquí, desde Llanera, ¡al cielo!  No se puede pedir más. Muchas gracias.

¡Viva la fiesta de los Exconxuraos!

¡Viva Llanera!