LLANERA

SOCIEDAD

Muchas gracias Roberto

Domingo 26 de Noviembre del 2023 a las 13:13


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Llanera se despide de Roberto Álvarez, director del periódico del concejo El Tapín, empresario y dinamizador social y cultural. La mejor despedida posible para él fue recibir el galardón Llanerense del Año 2023, que el mismo creó, impulso y consolidó como una de las citas más importantes del concejo y que ha hecho que Llanera se dé a conocer, más si cabe, fuera de sus fronteras. La Sociedad Gorfolí Santufirme entregó este reconocimiento, el primero a título póstumo, que fue recibido por su mujer, Beatriz Colunga.

La presentadora del evento, que se celebró en el Restaurante La Campana de Pruvia, María Asunción Arias, recordó en sus primeras palabras que Roberto amó mucho su tierra y luchó de manera incansable por ella, “aunque de apariencia seria y de pocas palabras, una vez que ganaba confianza era un gran conversador, con sentido de humor y buena persona, era habitual verlo en los lugares donde estaba la actualidad cámara en mano captando la noticia y aprovechando su faceta periodística para ayudar. Creó una sociedad con el nombre de los dos picos más emblemáticos del municipio y desde ella impulsó varios premios y reconocimientos, siempre pensando en Llanera y sus gentes. Aquel hombre se fue de forma repentina los primeros días del mes de diciembre y con numerosos proyectos”, comentó.

Fallo jurado

El secretario del jurado, Andrés Suárez, fue el encargado de leer el acta con el fallo del galardón, que se entregó a Roberto Álvarez Suárez. “El jurado ha considerado que se trata de una persona relevante en la sociedad llanerense, nació en la parroquia de Santa Cruz de Llanera. Una persona hecha a sí misma, fue durante muchos años empresario del sector de la construcción. Pero por lo que es más conocido es por su labor en Llanera como editor del único periódico local de Llanera durante más de 20 años, EL TAPÍN, toda una referencia en la prensa local del centro de Asturias. Gestor de múltiples iniciativas por el bien del concejo, creó la beca El Tapín-Oquendo, con la mayor dotación económica para los estudios de bachillerato. Fue promotor de los premios Llanerense del Año y de la Mención Gorfolí, así como de los premios empresariales y los deportivos a los mejores del Unión Deportivo Llanera. Fue pregonero de los Exconxuraos en el año 2016, falleció pocos días después de haber organizado y realizado el Llanerense del Año 2022. Enhorabuena a Roberto allá donde estés y a toda su familia”.

Semblanza

La semblanza de Roberto la realizó su amigo, Belisario Camblor, recordó que hace algo más de un año se encontraba en ese mismo lugar glosando la figura del último Llanerense del Año, “nada me podía hacer pensar que hoy estaría de nuevo aquí, para intentar hacer lo mismo con la figura de Roberto Álvarez, creador e impulsor del premio Llanerense del Año, que fallecería de manera repentina unas semanas después de haber entregado la última edición del premio. Tengo que confesarles que me enfrento al discurso más difícil de mi vida, por la relación que me unía con Roberto no puedo ofrecer de él una visión equilibrada, sino personal y todo lo intima que entiendo que él hubiera querido”, explicó.

Camblor comentó que Roberto nació en Llanera hace 54 años, “como a él le gustaba decir nací en Santa Cruz, en Villayo, en la sienrra al pie del Monte Gorfolí del que solía explicar que no es el más alto del concejo, sino que lo es el Pedregalón y que es está la última cumbre donde está el límite con el vecino concejo de Ibias, que alguna batalla tuvo en esa faceta de Don Quijote que a veces tenía, para conseguir que la TPA diera correctamente la ubicación del repetidor y borrara lo de “Emisor Gorfolí- Avilés”. Acudió al colegio de Lugo de Llanera y allí se aventuró al balonmano, algo que comparte con el Llanerenses del Año pasado. El servicio militar le llevó a Viator en Almería, donde conserva amigos entrañables y como buen asturiano me decía que nunca había visto llover tanto como en Almería. Sus comienzos en la vida laborar le llevaron a ejercer de comercial textil y posteriormente en la rama de los productos químicos, fue allí donde entabló contacto con el mundo de la construcción, donde triunfó profesionalmente, acompañado durante todos esos años de sus amigos y trabajadores, desarrolló gran parte de su trabajo en Gijón”, comentó.

Roberto volvió a hacer una vida más intensa en Llanera a comienzos de siglo, “es entonces cuando le conozco de nuevo, de niño era el “hijo mayor de Avelino del relojero”. Ya tenía a Beatriz con él su compañera durante más de 30 años, conocí entonces a una persona emprendedora, siempre con iniciativas y con un modo de pensar que personalmente me descolocaba muchas veces. Roberto tenía una inteligencia fuera de lo común, captaba las ideas al vuelo, las veía venir antes de que las verbalizaran. El 11 de septiembre de 2001 estábamos viendo la televisión en un bar, cuando el segundo avión impactó contra las Torres Gemelas en Nueva York y Roberto se giró me miró y me dijo: “El mundo ha cambiado de repente para muchos años”, parecía que estaba anunciando la guerra de Irak y los terribles atentados del 11 de marzo en Madrid años después. Fue en aquella época cuando surgió El Tapín, la idea de un periódico local en un concejo tan pequeño para un negocio así al principio pareció descabellada, pero el tiempo le dio la razón. Pocas experiencias hay de una publicación en municipios tan pequeños y mucho menos con la edad de está. Es sin duda la obra a la que más tiempo dedicó toda su vida, era como le decíamos sus amigos su hijo. Defendía con uñas y dientes su independencia y credibilidad, siempre decía si un día pierdes la credibilidad nunca más la recuperarás”, afirmó.

Roberto estaba predestinado a ser periodista, “cuando el Ayuntamiento le reconoció sus méritos como pregonero de los Exconxuraos en 2016, recordó que colaboró cuando era adolescente con una radio local que empezaba a funcionar en los años 80 del siglo pasado “Radio Cultural de Colloto”. La fiesta de San Isidro de 1984, en sus funciones de periodista radiofónico, le hizo una entrevista en directo al alcalde de Llanera, Justo Suárez, en la Plaza de La Habana, y usó un teléfono con manos libres alta tecnología de la época. Esa radio duró poco tiempo, pero estoy seguro que fue la primera entrevista en directo a un alcalde de Llanera en la historia. A Roberto le gustaba el periodismo y bien que nos lo ha demostrado todos estos años”, apuntó.

Camblor recordó que Roberto fue una persona que trabajó por Llanera, por el concepto de Llanera como municipio, identidad, porque les faltaba. “Los que somos de aquí siempre decíamos yo soy de Lugo, San Cucao o Cayés no de Llanera. Como decía Roberto en la entrega del Llanerense del Año a Jorge “El Médico”: “la parroquia asturiana es el sustantivo y el concejo es el adjetivo”, yo puedo asegurar que las dos cosas que han contribuido a conseguir ese sentimiento de ser de Llanera, a fijar la identidad del concejo, es la fiesta de los Exconxuraos y las iniciativas que Roberto ha llevado a cabo estos años todas por y para Llanera, no para una parroquia u otra. Los concursos de cuentos infantil, el de relatos de adultos, que alcanzó las 10 ediciones, Conexión IES, que es un espacio cedido a los alumnos del IES de Llanera, la beca al mejor expediente académico de Bachillerato, los premios empresariales, al campo asturiano, los deportivos a UD Llanera y otros muchos proyectos que tenía en la cabeza como el museo etnográfico sobre el concejo, que no pudo ser, pero demuestra cómo era Roberto siempre con iniciativa. La apuesta por el comercio y la hostelería con diferentes iniciativas y en último lugar este galardón Llanerense del Año, que reunió a un conjunto de personas y colectivos singulares y con inmejorables méritos para ser premiados, que no lo habían sido nunca por su concejo. Fue la persona que pensó que Llanera tenía que pagar esa deuda con ellos, una de las cosas pendientes fue organizar unas jornadas de estudio y trabajo sobre Llanera con todos ellos y los alcaldes anteriores y el actual para obtener ideas sobre el concejo y su futuro”, afirmó.

Una de las cosas que más le gustaba a Roberto era los consensos y el diálogo. “La fuerza del acuerdo nos hace grandes y la falta de él no debilita y Roberto acabó el año pasado su discurso con una alegoría del consenso sobre el fútbol, recordando que a pesar de la competitividad con sus conjuntos cuando se ponen la camiseta de su país ahí se acabó todos, siendo una piña y todos juegan como un solo equipo, y  se preguntó lo difícil que era que se pusieran de acuerdo los políticos cuando se ponen la camiseta de España, han pasado casi un año y dos elecciones, pero Roberto debes seguir insistiendo porque no te están haciendo caso. El final de su vida le pilló iniciando otros proyectos empresariales en el concejo como la ganadería ecológica, se le veía feliz cuidando de sus animales. Roberto tenía, además de su fuerza mental, a su mujer Beatriz, con la que compartió 30 años de vida y esa complicidad, y tenía a sus padres Avelino y Maruja son ellos los que más sufren su pérdida, pero contáis con el afecto y cariño de los vecinos de Llanera”, concluyó.

Tras la semblanza Beatriz Colunga recogió el galardón de manos de José Julio Velasco, presidente del jurado y el acalde de Llanera, Gerardo Sanz. Fue Belisario el encargado de leer unas palabras en nombre de Beatriz, “gracias a todos de corazón por acompañarnos en este acto, hoy es un día especial pero muy triste a la vez, hay muchos sentimientos encontrados, mucha emoción y mucho orgullo al recoger el galardón Llanerense del Año 2023 a título póstumo en nombre de Roberto, para mí “Rober”, mi gran amor y mi otro yo durante muchos años de mi vida. Pero también hay una tristeza enorme por no poder compartirlo con él y verlo feliz y orgulloso. A ti Rober quiero decirte que los que tuvimos la suerte de conocerte de verdad nunca te olvidaremos siempre vas a estar en nuestros corazones, un beso enorme, gracias a todos y hasta siempre”.

El Llanerense del Año 2013, Juan Tamargo Menéndez, académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina, Académico Numerario de la Real Academia Nacional de Farmacia y de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, fue el encargado de hablar en nombre de todos los galardonados. “Los que conocimos a Roberto sabemos que tenía una cabeza notoria para gestar ideas y cambios, era una máquina y salían siempre cosas hermosas y con gusto y hace un año en la anterior edición de Llanerense me dijo: “estamos formando un grupo, ¿Tú querrías pertenecer?” y le dije que por supuesto que quiero y volveré de Madrid cuando lo necesites. La noticia de su fallecimiento días después me llenó de profunda tristeza, pero la vida es así de cruda y no tiene en cuenta los deseos y las ilusiones de los mortales y nos quedamos sin Roberto. Meses más tardes me enteré que la Sociedad Gorfolí Santufirme volvía a convocar el galardón y dije que proponía a Roberto, pero eso fue por lo que me llamaban para decirme que eso era lo que querían. Me sentí emocionado y honrado de que se acordarán de mí para honrar la memoria de Roberto en este acto, porque tengo una deuda con él”, apuntó.

Tamargo quiso comenzar a hablar de Roberto a través de su obra: ELTAPÍN. “Cuando hace 20 años me dijeron que había parecido un periódico que hablaba de las cosas de Llanera, que se llamaba El Tapín pensé dos cosas, en primer lugar, que iba a ser el sueño de una noche de verano, que desaparecería con las primeras lluvias y las primeras nieves y la segunda fue “¿quién es ese loco qué se atreve sacar un periódico local?” y me di cuenta rápido era un soñador, era Roberto. Pero cuando comencé a conocerle me di cuenta que estaba equivocado y hoy quiero reconocerlo ante ustedes. Mi hermano José Manuel tenia guardados en Casa Rosa los números de El Tapín que me los mandaba a Madrid, lo que me ha permitido estar al día de las cosas que pasaban en Llanera y es que me siento muy orgulloso de ser llanerense, de Llanera hasta el polvo quisiera. Nuestro concejo tiene una bella y vieja historia”, explicó.

Tamargo aseguró que El Tapín era un corazón que latía y latía, “ese sonido estaba en sus páginas y ahí está reflejada la actividad de todos nosotros. El Tapín es el cronista de la actividad cultural, política y económica de Llanera, gracias a las secciones de sociedad, política, deportes y cultura he podido seguir la actividad de todo el municipio. Todos los llanerenses formamos parte de El Tapín y El Tapín es el testigo de nuestra historia reciente”, destacó.

En segundo lugar, el Llanerense del Año quiso describir la figura de Roberto como un conocido que le apreciaba, “para conseguir que El Tapín siguiera vivo más allá de 20 años Roberto tenía miras, tenía ilusión, creía en lo que hacía y tenía un amplio futuro delante de él, y ello a pesar de que sabía que El Tapín era una empresa llena de escoyos, que podía alejar a cualquiera de la aventura ante las primeras dificultades. Pero puso tesón y esfuerzo en su quehacer diario, porque está era la única forma de llegar a triunfar y bien que lo logró, porque pasó a ser el periódico de Llanera, a serlo también de Las Regueras y Siero. Era un luchador nato, que salía por las caleyas a gastar suela para buscar la noticia y recabar los apoyos económicos que hicieran falta”, aseguró.

En último lugar, Tamargo reconoce que Roberto sabía manejar la realidad con imparcialidad, algo muy importante cuando ahora se establecen muros. “Un claro ejemplo de su inteligencia, que le permitía mantener sus ideales políticos, pero a la vez reconocer la labor de aquellos con los que tenía menos afinidad. Pude aprender a valorar su educación. A primera vista Roberto era un hombre serio que hablaba poco y distante, que sólo permitía que algunas personas atravesaran ese muro y le conocieran de verdad, sus amigos me confirman que Roberto era una persona fiel, preocupado por las gentes del concejo y muy cercano a las personas desfavorecidas o que sufren”, apuntó.

“Te debemos muchas cosas Roberto y nosotros nos vamos a encargar de que sigan vivas. Podíamos pensar que su muerte nos dejó huérfanos y sumidos en el vacío, pero no es así los hombres pasan, los recuerdos quedan y sobre todo sus obras. Roberto hizo cosas y nos dejó un legado que tenemos que mantener y tenemos la obligación de mantener El Tapín, por ello me dirijo a las autoridades políticas, sociales y eclesiásticas de Llanera, Siero y Las Regueras, aquí presentes y les pido que pongan en marcha los mecanismos necesarios para que El Tapín siga desempeñando un importante papel en la difusión de la actividad diaria de sus concejos respectivos. Ayudar a preservar El Tapín es obra de todos los aquí presentes, pues todos nos vemos representados en sus páginas y no podemos permitir que desaparezca, por eso las respectivas bibliotecas municipales deberían de tener los números de El Tapín digitalizados, porque son la historia de los últimos 20 años de todos nosotros Me ofrezco a ayudar en todo aquello que sea posible”, concluyó.

El alcalde de Llanera, Gerardo Sanz, comentó que lo que correspondía era agradecer el trabajo de todo el equipo que ha llevado a cabo este año, con la ausencia de Roberto, la organización de este Llanerense. “Es importante mantener la entrega de este galardón que nos permite una vez al año reunirnos aquí para hacerle un homenaje a alguien de nuestra comunidad. Nos permite saludar a los Llanerenses de otras ediciones”, destacó.

“Hoy no me sale dar la enhorabuena, porque si no hubiera pasado lo de aquel fatídico día de diciembre pues no habría duda de que Roberto no sería el Llanerense del Año, porque Roberto sería el presidente del jurado y estaría aquí con todos nosotros, homenajeando a algún Llanerense y es complicado dar la enhorabuena. Además, cuando empezaba la maquinaria del Llanerenses era cuando más contacto teníamos y siempre quedábamos para hablar de los candidatos y me mandaba un whatsAppa con el nombre del Llanereses y para preguntar qué día era el mejor para hacerlo”, comentó.

El último en intervenir en nombre de la Sociedad Gorfolí Santufirme fue José Julio Velasco, lo hizo muy emocionado y quiso agradecer la labor del jurado, “no es fácil optar por un candidato cuando los presentados, todos ellos son dignos de tal distinción, agradezco a todos los colectivos y personas que presentaron a los candidatos, ya que sin ellos no sería posible. Roberto dijo en el Llanerense del Año 2022: “es un momento muy especial esté por que se entrega el galardón a un amigo”, un año después digo yo lo mismo, es un momento especial porque se entrega el galardón a un verdadero amigo. Pero yo a diferencia de él con el corazón desgarrado por su pérdida inesperada e irreparable. Tengo sentimientos encontrados de tristeza y de gozo, de tristeza porque ya no está, un buen amigo, fiel y del que tanto y tan bueno aprendí, te echo de menos. Siento gozo inmenso porque fue un gran honor entregarle a través de Bea el testigo de Llanerense del Año 2023, nadie mejor que él. Los que hemos tenido la dicha de conocer a Rober un poco más hemos podido traspasar lo externo para llegar a lo íntimo y descubrir sus bondades y cualidades que no eran pocos, esas que muchos no conocían y a pocos nos mostró. Era un espíritu libre no era una persona fácil en el trato, había que dedicar tiempo a escucharle, pero si lo ganabas era incondicional. Tímido, humilde, de fina ironía, gran conversador, agradecido, solidario, inquieto, veía luz donde nadie lo hacía, conozco a pocas personas con una intuición casi clarividente para descubrir una idea o proyecto y llevarlo a cabo por el bien de su Llanera. Rober ha sido un verdadero emprendedor y dinamizador de la vida, social, empresarial y cultural del concejo. Este galardón es uno de los mejores de Asturias, por su magnífica organización, por la excelencia de los premiados y por la calidad y cantidad de los asistentes, querida Bea, padres y amigos aquí estamos para que nada se pierda de cuanto sus labios proclamaron de bueno y sus ideas se plasmaron en realidades. Rober se fue con la idea de juntar a los Llanerenses y alcaldes, sería un foro de convivencia para aportar ideas y o proyectos que redunde en bien del concejo y de sus gentes, y se realizará porque sé que no estoy solo”, afirmó.

El acto concluyó con los himnos de Llanera y Asturias, interpretados por Rodrigo Molinos a la gaita y la pianista Inmaculada Suárez.