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VARIOS
Las clínicas veterinarias de Lugo de Llanera secundan el parón de una hora contra una ley que consideran injusta y un paso atrás
Lara Domínguez, propietaria y veterinaria de la Clínica La Morgal, y Patricia Álvarez, propietaria y veterinaria de la Clínica que lleva su propio nombre, ambas sitas en la localidad de Lugo de Llanera, secundaron el martes 11 de febrero el parón de una hora convocado en protesta por el real decreto 666/2023, que entró en vigor el 2 de enero de 2025. A través del cual se regula la dispensación de medicamentos, sobre todo de antibióticos, para luchar contra las resistencias microbianas.
“Algo que nos afecta de muchos motivos, es verdad que hace falta algo que nos regule las resistencias antibióticas, porque hacemos un uso inapropiado de los antibióticos a nivel de humanos, lo que provoca que los antibióticos y las bacterias se hagan cada vez más fuertes y los antibióticos no son capaces de luchar contra ello. El problema es que a los veterinarios nos toman por el “pito del sereno”, es decir, un médico no tiene prácticamente que hacer absolutamente nada y nosotros tenemos una serie de categorías de los antibióticos. Esto hace que solo podemos usar antibióticos si realmente son necesarios, es decir, a modo profiláctico no podemos usarlos para prevenir. Tenemos que centrarnos a una determinada lista y seguir un orden, aunque sepamos que el medicamento que necesita nuestro paciente es de otro rango superior, siempre tenemos que empezar por el de abajo. Para poder ir ascendiendo es fracaso-acierto, fracaso-acierto o hacer pruebas complementarias que nos quitan mucho tiempo, que llevan mucho dinero y que posiblemente el animal esté mucho peor cuando nos llegue ese resultado”, explicó Domínguez.
Las veterinarias aseguran que, aunque haya evidencias científicas escritas y publicadas sobre la eficacia de un determinado antibiótico, que se puede usar cada 8 horas o a otra dosis, ellos solo se pueden ceñir a lo indique el prospecto. “Si el prospecto te dice que hay que darles 10 miligramos kilo cada 12 horas, aunque sepamos que funciona 15 miligramos kilo cada 8 horas, tenemos que respetar el prospecto sino estamos incumpliendo la ley. Por ejemplo, que esté demostrado que sirve en gatos y no en perros, pero en el prospecto sólo dice que está indicado en perros, no podemos dárselo a los gatos. Tendríamos que importar medicamento que, por ejemplo, en Italia sí que existen. Con esta nueva ley siento que lo que he estudiado no sirve para nada. Todas las formaciones que estoy haciendo, todos los años de carrera, toda la experiencia no sirve para nada, porque al final se basa todo en lo que dicen los prospectos de los medicamentos, cosa que a los laboratorios les cuesta mucho dinero poner ahí”, criticó Domínguez.
Por su parte, Patricia Álvarez comentó que se han cambiado la cascada de prescripción, que son los pasos que tienen que seguir para prescribir un medicamento. “Si tenías un perro, dabas de perro y podíamos cambiar de especie sin ningún problema. Si queríamos realizar una prescripción de algo de humanos para un perro, ahora hay que buscar en toda Europa a ver si hay ese fármaco, cuando el tiempo es oro. A modo de ejemplo, si un perro tiene una úlcera en un ojo antes prescribíamos mucho colirio de humana, porque no hay de veterinaria. Tienes una úlcera que la resolución suele ser 24-48 horas y si no tienes ese colirio puedes perder un ojo. A esto se suma que muchos los laboratorios han retirado un montón de antibióticos. Ahora mismo tenemos inyectables para gatos cuatro antibióticos, de los cuales dos no podemos usar porque pertenecen al grupo B. Los gatos de la calle no se pueden medicar porque a ver cómo se puede pautar un tratamiento cada 12 horas, por ejemplo, o pinchar a un gato, ponerle una inyección cada 24”, narró Álvarez.
Ambas veterinarias aseguran que esto afecta al bienestar animal de sus pacientes. “Además de todo esto, el problema que se suma es que como veterinarias tenemos miedo a ejercer. Nos está afectando muchísimo a la salud, porque lo que antes era pensar en el paciente, ahora tenemos que pensar en no ir a la cárcel, ya que las multas pueden llegar a un millón doscientos mil euros. Por hacer mal una receta. Tampoco hay un consenso, no nos han formado de cómo hacer las recetas. Por ejemplo, cuando pone tiempo de administración, no sabemos si es los días que hay que ponerlo en un antibiótico de cada 48 horas, no queda claro. En cada sitio nos están dando respuestas totalmente diferentes. Hemos escrito al Ministerio, porque dejan algunas partes a criterio veterinario y no nos dan respuestas claras de cuál es nuestro criterio. Somos el colectivo con mayor índice de suicidio y con el síndrome del quemado”, denuncian.
También se quejan de la carga burocrática, ya que después de pasar consulta tienen que volcar todas las recetas a la página del Ministerio de Agricultura. Les piden ahora que los gatos sean identificados para poder hacer la receta médica, si no tienen chip la persona que los lleve tiene que identificar al animal con sus datos personales, con lo que supone para las colonias callejeras, que afectará a las protectoras y a los ayuntamientos. “No es normal que leyes como éstas se hagan desde los despachos sin contar con nosotros, que vivimos el día a día de nuestros pacientes”, aseguran.
“Hoy ha llegado un mensaje del Colegio Veterinarios diciendo que se van a reunir, pero este acto reivindicativo, que es a nivel nacional, a nosotros desde Asturias, desde el Colegio Veterinarios de aquí, no nos ha llegado absolutamente nada de qué pautas iban a seguir ellos. Hay particulares que sí que han decidido cerrar o una mañana o todo el día, pero si no hay consenso de nada sirve. Se nos olvida que, si los veterinarios paran, se para el mundo, porque no solo atendemos a clínicas, es que somos más cosas que eso. Todo lo que comemos pasa por las manos del veterinario”, afirman.
Las clínicas veterinarias están sometidas al 21% de IVA, “cuando la salud animal, en este caso la salud del perro o de tu gato, te puede llegar a producir enfermedades que te afectan a ti. Es decir, estamos abogando por una salud global, englobarnos en todo y no lo estamos cumpliendo. No estamos de acuerdo con que nos rija el Ministerio de Agricultura, porque somos sanitarios. Incluso en la pandemia fuimos sanitarios para dejar equipos”, criticaron.
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