LAS REGUERAS

SOCIEDAD

Arranca el XXIII Certamen de la castaña valduna con el pregón de Rocío Díaz Ruíz

Sábado 11 de Noviembre del 2023 a las 16:48


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Autoridades, miembros de la corporación municipal, vecinos de Las Regueras, visitantes y amigos todos, ¡buenos días!

Como decía J.F. Kennedy, debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas. Por ello, quiero comenzar este pregón deteniéndome a agradecer a los que han pensado en mí para que hoy dirija estas palabras, pues sin duda será un día que recordaré con gran cariño. Espero que al final de mi intervención sintáis reafirmación por vuestra decisión y no arrepentimiento.

Muchos de los aquí presentes os preguntaréis quién soy y quizás os haya sorprendido que haya recaído el pregón de esta edición del certamen en una persona del vecino concejo de Llanera.

Y es que probablemente no sepáis que mi bisabuela era de Bolgues y que mi abuela Carmen y sus hermanas Teresa y Rosa se criaron en Viao en Casa Mingo. A mi abuela no pude conocerla debido a la enfermedad que la golpeó siendo mi padre aún un niño. Pero eso no fue motivo para que mi familia perdiese el vínculo con este concejo, pues raro ha sido el año que no hemos visitado el certamen ganadero que edición tras edición ha ido creciendo, o celebrado en las fiestas de Santullano, las cuales eran excusa para celebrar una reunión familiar. Y es que son muchos los recuerdos que guardo de este lugar, como también recuerdo que mis tiosabuelos Rosa y Manolo nos llevaban todos los años por esta época, cestas de nueces y castañas que con mucho mimo había recogido Teresa en El Bravo a escasos minutos de donde hoy nos encontramos.

Y es que para aquellos que, igual que yo tenéis raíces en este concejo, sabéis que no podríamos hablar de nuestra identidad sin mencionar la castaña valduna, un símbolo de nuestro presente y pasado.

La castaña valduna ha sido parte de nuestra tradición y cultura desde hace siglos. Es un tesoro natural que se encuentra en nuestros bosques y que encierra en su fruto un sabor y valor nutricional incomparables. Este pequeño manjar, de sabor dulce y textura irresistible, ha sido recurso vital en la alimentación de nuestras familias y de sustento de nuestras comunidades, sobre todo en tiempos difíciles de escasez y hambruna.

Fue durante muchos años moneda de cambio en Las Regueras, pues he crecido escuchando relatos de las hazañas de mi abuela yendo a Grao a vender castañas o a cambiarlas por otros alimentos con la única compañía y ayuda de una burra.

¿Pero qué hace que la castaña valduna sea tan especial? Su calidad y sabor únicos se deben a las condiciones geográficas y climáticas de esta región. Los bosques y orografía que rodean a este concejo, junto con la dedicación de los que velan por los castaños, permiten que podamos disfrutar de este regalo de la naturaleza. Ejemplo de cuidado y preservación de esta castaña valduna se debe agradecer al esfuerzo de la Asociación cultural Amigos de la Castaña Valduna, la cual desde su fundación en 2018 ha trabajado y trabaja en ello.

Además de su importancia como alimento, la castaña valduna ha sido fuente de inspiración para nuestras actividades y oficios. Porque, ¿quién no ha disfrutado de una tarde reuniéndose en torno al fuego para amagostar castañas y compartir historias? Este fruto nos ha brindado momentos de calidez, compañía y arraigo a nuestras tradiciones.

Y es que la castaña también simboliza la unión de la comunidad. Cada año, durante la época de la cosecha o la gueta, vecinos y familias se reúnen para saborear este fruto. El amagüestu siempre ha sido un momento de colaboración y camaradería donde se celebran nuestras raíces y se trabaja en armonía con la naturaleza.

Así la castaña va más allá de su valor gastronómico, pues es un símbolo de nuestras tradiciones y del poder de la unión.

Por lo expuesto anteriormente, considero que este certamen es todo un acierto pues promueve esos valores de unión entre vecinos, permite hacer pueblo pausando una rutina de vida acelerada en la que estamos embebidos, haciendo posible disfrutar de la compañía de los vecinos en torno al sabor de las castañas y el olor, calor y sonido que desprenden al fuego y que despiertan los recuerdos de nuestra niñez.

A su vez, este certamen no deja de ser un escaparate de un producto alimentario y, por tanto, una puesta en valor de la actividad ganadera y agrícola de este concejo. Y es que a veces no se es consciente del esfuerzo y trabajo que los agricultores y ganaderos realizamos diariamente para llenar las despensas de los hogares.

Yo que soy la quinta generación de una ganadería familiar, aprovecho toda ocasión que se me presenta para dar voz al sector primario, ese gran olvidado y castigado con un futuro incierto y un presente complicado debido al escaso relevo generacional, a las trabas burocráticas y a la subida del precio de la alimentación animal y de los costes de operación provocada por la situación bélica, también debido a la baja rentabilidad y a la escasez y caristía de los forrajes provocado por la sequía, a la que hay que sumar los efectos devastadores de la enfermedad hemorrágica epizóotica y la lengua azul transmitidas por los mosquitos y que está causando el declive de la cabaña ganadera asturiana.

Jamás olvidemos, por favor, la valía y sacrificio de aquellos que en 2020 fuimos considerados héroes porque seguíamos trabajando cuando el mundo había sido parado por una pandemia.

Pues esos mismos somos los eternos olvidados que llevamos años peleando por la supervivencia de la cabaña ganadera, ¿o es que preferimos alimentos procesados o montes y bosques repletos de maleza que impida recolectar las castañas o que terminen castigados por incendios forestales como los acaecidos hace unos meses en Las Regueras, en los que fue indispensable la labor de extinción de los ganaderos regueranos?

Por ello, considero importantes y esenciales los eventos como éste en los que se ponga en valor la importancia de la agricultura y ganadería asturiana, pues al fin y al cabo en ella se produce el sabor insuperable de la castaña valduna o la carne de la raza Asturiana de los Valles, que según un estudio europeo es considerada la mejor carne de la Unión Europea.

Como habéis podido apreciar, presumo de mis raíces ganaderas pues gracias al sudor de mis padres y antepasados en esa profesión, soy hoy quien soy y me ha permitido llegar a donde hoy estoy. Pues de ellos he aprendido que no hay que tener miedo a trabajar pues solo con esfuerzo y dedicación se consiguen los imposibles, y así fue como pasé de llorar todos los días a la puerta del colegio a contar con cuatro títulos universitarios.

Y es que la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo, como bien decía el Premio Príncipe de Asturias Nelson Mandela. Y consciente de ello es también este ayuntamiento, como dejó ver hace un año decidiendo y otorgando el honor de pregonar este certamen a Marta Corrales, directora del Colegio Público de este concejo. La cual junto con el resto del claustro promueve la educación, acerca los valores del concejo al alumnado y se esfuerza en que el concejo no pierda su identidad, pues esta reside en su escuela. Y no afirmo esto solo porque mi madre sea maestra en este colegio, que también, para que nos vamos a engañar. Pero es que mi madre sin ser reguerana de nacimiento, ha sido otra de las personas que se ha encargado de transmitirme la riqueza de este concejo durante todos los viajes que hemos hecho con destino a su puesto de trabajo desde hace más de quince años.

Pero no solo considero acertado el pregón de mi predecesora en este puesto, si no el de todos ellos. Como puede ser el de la Doctora Adonina Tardón, pues aquellos que me conocen saben que otra de mis inquietudes es la investigación, motivo por el cual decidí ser Doctora en Ingeniería, pues en algún lugar algo increíble está esperando a ser conocido.

La investigación y la educación desempeñan roles cruciales en el desarrollo de sociedades avanzadas y sostenibles. La investigación impulsa el conocimiento al explorar nuevas ideas, descubrir soluciones a problemas existentes y abrir nuevas fronteras en la comprensión del mundo. Este proceso dinámico cataliza la innovación, desde avances científicos hasta mejoras en la tecnología y la medicina, transformando positivamente la calidad de vida.

La educación, por su parte, actúa como el puente entre la investigación y la aplicación práctica del conocimiento. Proporciona a las personas las habilidades y los conocimientos necesarios para participar activamente en la sociedad, fomentando la capacidad crítica, la creatividad y el pensamiento analítico. Una educación robusta no solo empodera a los individuos, sino que también contribuye a la construcción de comunidades más informadas y resilientes, capaces de abordar los desafíos globales de manera colaborativa.

En conjunto, la investigación y la educación forman un ciclo virtuoso: la investigación alimenta el contenido educativo, y la educación nutre la próxima generación de investigadores y pensadores. Esta simbiosis impulsa el progreso y el crecimiento continuo de la sociedad, promoviendo el bienestar, la igualdad y la excelencia en diversos campos.

Por tanto, considero esencial para el éxito de la sociedad la formación de las nuevas generaciones, despertando en ellas la inquietud por el saber y el conocimiento, la curiosidad por conocer sus raíces y avivar su implicación en la sociedad.

Por ello, siempre he estado agradecida de aquellas empresas y entidades que confiaron en mí brindándome la oportunidad de desarrollar mi crecimiento profesional en ellas pese a mi edad o escasa experiencia, sobre todo en aquellas en las que me introduje en el mundo laboral antes de terminar mis estudios universitarios.

Y volviendo al motivo por el que hoy nos encontramos aquí, también he de estar agradecida al Ayuntamiento de Llanera y al Ayuntamiento de Las Regueras que se atrevieron a nombrarme pregonera pese a mi edad. Son ejemplo de apoyo continuo a los jóvenes. Este respaldo es esencial pues es la fuerza motriz para cultivar futuros e innovadores agentes de cambio, pues la labor de los jóvenes es crucial para transformar nuestro mundo en un lugar mejor. Con su ayuda, se crea un entorno propicio para el crecimiento, aprendizaje y desarrollo de habilidades que empoderan a la juventud para enfrentar los desafíos del mañana. Gracias por reconocer el potencial de los jóvenes y por contribuir a construir un futuro más prometedor para todos y por estar dispuestos a desafiar las normas y a luchar por aquello en lo que creen.

No quisiera robaros más tiempo de disfrutar del sabor de las castañas y de la compañía de vecinos y amigos, por ello, una vez más gracias por haber depositado vuestra confianza en mí.

Y no transmito este mensaje de agradecimiento solo en mi nombre, sino que también en nombre de mi familia, de los que están y de los que nos ven desde algún lugar del cielo y seguramente estarán celebrando su amagüestu particular.

Sin más, saboread este certamen, espero que hayáis disfrutado de mis palabras, ¡larga vida a la castaña valduna y viva Las Regueras!