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SOCIEDAD
“Tabierna Alborada", el sueño de José y Vane cumplido
Haciendo el Camino de Santiago a la altura de Premoño, justo cuando el peregrino deja el asfalto para adentrarse en una senda y un paisaje maravilloso hay un hórreo centenario y bajo él un pequeño chigre/tienda lleno de magia y encanto la “Tabierna Alborada”…. Este puede ser el comienzo de la historia del nuevo centro hostelero del concejo de Las Regueras. Vanessa y Jose, o Jose y Vanessa, llevaban tiempo madurando la idea, por delante de la puerta de su hogar, entre este y la vieja construcción, pasan a diario decenas de peregrinos que mas de una vez han entrado hasta la cocina siguiendo el olor de los platos o en busca de una cerveza fría, así que abrir un bar parece una idea bastante buena. De hecho las bases del negocio ya se habían sentado el día en que cerraron con muros de piedra el bajo para reunir a los miembros de la comisión de festejos de Santa Ana después de que el único bar del pueblo echara la llave para siempre.
Ella que trabaja en las oficinas de un conocido grupo de servicios generales, él que lo hace a turnos en una multinacional siderúrgica lograrán “turnarse” para atender la tabierna con el apoyo de sus hijos Ana y Pelayo. Entre tanto Cuca, la experta cocinera y repostera amiga de la familia, será la cabeza visible del negocio durante las mañanas. Sumando la experiencia hostelera que tienen, (trabajan duro tras la barra en las multitudinarias fiestas del pueblo), el carácter afable, las ganas de folixa, sus muchos amigos, los peregrinos y el ser el único bar del pueblo, el éxito parece seguro.
Jose, Vane y Cuca tendrán que levantarse de alborada (él puede que llegue de hacer noches y ni siquiera se acueste) para hacer los pinchos y bocatas de lomo, pollo y bacon…. el vino se mantendrá frío tras los muros de piedra muy cerca de las botellas de sidra, las cervezas en la nevera y los parroquianos rondando la barra: “ponme una pinta vino Plata (de Jose Plata como se conoce al chaval) que Tabierna de güen vino non necesita bandera”, el alemán medio chapurreando el castellano (por señas todo se entiende) indica la tienda con productos principalmente dirigidos al peregrino y compra pasta de dientes, el inglés “a beer please” y el andaluz toma unos culinos de sidra. Hay una caminante solitaria que apoyo su taza de café en las escaleras que llevan a la ponte y el resto disfruta de la terraza, hasta pueden rellenar sus cantimploras en el grifo exterior, en el banco de la entrada descansan las mochilas. José abre las sombrillas que acaba de comprar, los coches ya aparcan en el prao de enfrente, el primer día del negocio es un éxito. A última hora la inauguración oficial se convierte en un gran acto social, en una muestra de apoyo de familiares y amigos. Un dron capta las mejores instantáneas del grupo y el cielo estalla en colores. La Tabierna Alborada, Tabierna por el doble juego de lo que es y de cómo se llama la zona, Alborada “porque ye una palabra guapa que a Vane siempre y gustó” es ya el sueño cumplido de sus dueños y, a partir de ahora, testigo de cientos y cientos de historias globales.
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