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VARIOS
Asistentes al Boombastic solicitan al Principado y al Ayuntamiento de Llanera que realicen una investigación por todo lo que ocurrió con los autobuses lanzadera
Una de las asistentes al festival Boombastic celebrado en el recinto ferial de Llanera, Beatriz Retamar, ruega al Principado de Asturias y al Ayuntamiento de Llanera que realicen una investigación por todo lo ocurrido con los autobuses lanzadera del evento. Además, pide que se investigue al responsable, Marino González Rozas y se le haga pagar por el por el daño causado a miles de asistentes.
Retamar es de Badajoz y acudió con un grupo de nueve amigas más, llegadas de diferentes puntos del país, Madrid, Donostia, Badajoz, Bilbao e incluso de Gijón, ella fue una de las personas que compró la entrada a última hora, en el mes de abril. “Decidimos que no íbamos a quedarnos en ninguno de los camping y cogimos un alojamiento en Oviedo, por ello optamos por comprar los tickets de los autobuses lanzadera. Estaban tan solicitados que lo tuvimos que hacer en la última remesa y pagamos un módico precio de 33,89 euros, para todos los días que duraba el festival”.
La afectada explica que el primer día, el jueves 21 de julio, llegaron al punto de recogida en Oviedo a coger el autobús lanzadera, donde se queja de que la dirección no estuvo disponible hasta 24 horas del evento, y tras una hora de espera comenzaron a llegar los buses, los cuales no eran suficientes ni para transportar a la mitad de gente que allí estaba allí esperando en la cola. Pero ella y sus cuatro amigas si lograron montarse en uno de los buses, porque dos de ellas habían hecho cola antes.
Fue a partir de las 3.30 horas del viernes cuando decidieron abandonar el recinto del festival, para montarse en el autobús y volver a Oviedo, y comenzaron todos los problemas. Retamar asegura que el punto para coger el bus era el aparcamiento del restaurante Casa Carlos, un espacio insuficiente para acoger a todos los que acudieron al festival y pagaron por las lanzaderas. “Además los autobuses no podían hacer bien la maniobra para dar la vuelta y salir de toda la gente que había. En este punto, se cogían las lanzaderas de Oviedo, Gijón, Avilés y las de los campings del festival. Por eso al llegar vimos ríos de gente haciendo “semi-colas”. Después de mucho gritar, preguntar a gente, ya que el staff del Boombastic estaba tan o más perdido que los asistentes, encontramos la “cola” para el autobús de Oviedo. Tras 45 minutos de espera sin ver ningún autobús destino a Oviedo, me decido a ir al principio de “la cola” para ver cómo está la situación, que era un caos absoluto. Allí no había ni principio de cola ni nadie controlando nada. La chica del staff que estaba allí no sabía ni a qué hora empezarían a venir los autobuses. Después de ver esa situación, me fui al grupo de mis amigas y les dije que empezásemos a andar, con suerte cogeríamos el tren de las 6.22 en Lugo de Llanera para volver a Oviedo”, explicó.
Todo este tiempo estaba lloviendo y llevaban más de cuatro horas sin comer y beber, por lo que optaron por esperar una hora en Casa Carlos para ver si tenían suerte, “teníamos esperanzas, pero después de otro rato de espera, el parking se fue llenando de mares de gente que salían del festival. De repente, la situación se tornó a crítica. Un guardia civil empezó a intentar ordenar las filas y poner orden, una sola persona intentando controlar un caos de miles de personas. Este señor tan amable no sabía qué más hacer, ya que él no formaba parte de la organización. Tras reiterados intentos de comunicación con gente con chalecos rojos del staff, estos nos dijeron que no sabían nada, que no habían recibido instrucciones, que llevaban 16 horas trabajando y que no les molestásemos. Finalmente, a las 4.45 llega el primer autobús dirección a Oviedo. La avalancha de gente fue tal, que no se podía ni respirar, incluso a una de mis amigas le dio un ataque de nervios y el resto estábamos igual, aunque mantuvimos el tipo. Estábamos rodeadas de centenares de personas sin poder salir. Otra amiga me dio un chicle y eso calmó el tembleque de mis piernas, que creía que se iban a desplomar en cualquier momento”, comentó.
En cuestión de minutos ese bus se completó, dejando fuera a muchas personas en mitad del aparcamiento, “mis amigas y yo estábamos en primera fila. Grite lo más fuerte y alto que pude a las decenas de personas que estaban detrás: “¡moveos, que nos atropellan!” Al mismo tiempo que intentaba hacer presión con mi espalda para que la gente se moviese. A Dios le doy gracias que no hubiese nadie herido tras aquel caos. Empapada por la lluvia, con un ataque de nervios, un nudo en la garganta y a punto de estallar a llorar, empezamos a andar, en dirección a Lugo de Llanera, para coger el tren, pero ninguna sabía ni la dirección, ni cómo llegar, usamos google maps, porque también nos quedamos sin Internet y no podíamos comunicar con nadie, ni solicitar un taxi”, explicó.
Retamar se queja de la actuación de la Policía que afirma que se encontraban en la carretera, de pie y de brazos cruzados. Simplemente contemplando la desesperación de cientos de chavales. “Entiendo que ellos no podían hacer mucho, pero en ese caso, una ambulancia o algún tipo de soporte para la gente a punto de un ataque de pánico hubiera sido más útil, que 10 pasmarotes diciendo a la gente que no andasen por las cunetas. Tras hora y pico andando bajo una lluvia torrencial, sin agua, ni comida, llegamos a la estación de tren de Lugo de Llaneras. Allí pudimos coger el tren de vuelta a casa”, afirmó.
El resto de los días del festival optaron por llevar sus coches, pero consideran que los responsables del Boombastic están mintiendo, al decir que fue un gran éxito y no hablar de toda la situación vivida con los autobuses lanzadera. “He mando email y mensajes por redes sociales a toda la organización, además de al Ayuntamiento de Llanera y al alcalde, sin obtener ningún tipo de respuesta de ninguno de ellos. Considero que se debería de devolver todo el dinero cobrado a las personas por las lanzaderas, que casi nadie llegó a coger y deberían de admitir el erros y pedir una disculpa pública, solo espero que esta situación no la vuelva a vivir nadie el próximo año y que se hagan las cosas bien”, aseveró.
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