SIERO

CULTURA

El artista avilesino, Samuel Fernández, gana el VIII Concurso de Pintura Rápida de Lugones

Sábado 04 de Junio del 2022 a las 00:00


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La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Siero, Aurora Cienfuegos, dio las gracias a los participantes del VIII Concurso de Pintura Rápida de Lugones y confesó que conocía que el certamen coincidía con otras convocatorias y también influyó las inclemencias del tiempo, “hubo un número algo reducido de obras presentadas, quiero agradecer y felicitar a todos los participantes y premiados”, afirmó

La edil también dio las gracias al jurado por su labor y recordó que las cuatro obras premiadas formarán parte de la colección de la Fundación Municipal de Cultura de Siero. “A través de estas obras se cuenta la historia de la localidad y es muy interesante el poder tenerlas”, narró.

En total de las 16 obras que se inscribieron solo se entregaron 13, los ganadores en esta edición fueron:  el primer premio dotado con 1.000 euros recayó en Samuel Fernández con su obra “Panorámica de Lugones”; el segundo premio dotado con 600 lo consiguió Eduardo Pérez con “El Cruce La Avenida de Viella”; el tercer premio dotado con 400 euros se lo llevó “Sentado al sol” de Diego Fernández y la mención especial del jurado dotada con 250 euros fue para “El Puente del Carbayu” de Manuel Carballeira.

El vendedor que es vecino de Avilés, Samuel Fernández, aseguró que es uno de los certámenes que le queda más cerca y ya tuvo la oportunidad de participar más veces, se llevó algún que otro premio, “una vez quedé segundo y me había quedado la espinita de ganar y por fin lo conseguí. Todo certamen es importante y se tiene que motivar la participación de la pintura rápida y sobre todo desde los más jóvenes y los más veteranos”, destacó.

El artista tiene 29 años y lleva 12 años pintando de manera profesional, “me encantan las panorámicas y tampoco he hecho muchas rápidas, no tenía muy claro que pintar y este es un argumento en el que me siento muy cómodo, además conocía la zona e intenté entrar en el Monasterio de El Cueto, pero estaba cerrado y me quedé a medio camino. Las panorámicas dan mucho gusto, además tantos grises y transiciones asturianas dan mucho juego. Conté con unos utilleros que me ayudaron a cubrir de la lluvia con paraguas y demás”, comentó.