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El Consejo de Patrimonio inicia los trámites para declarar la trashumancia asturiana bien de interés cultural de carácter inmaterial

Lunes 17 de Octubre del 2022 a las 00:00


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El pleno del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias, presidido por la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, ha acordado hoy iniciar los trámites para declarar la trashumancia asturiana bien de interés cultural (BIC) de carácter inmaterial.

 Esta decisión se enmarca en un proceso en el que participan varios países europeos para lograr que esta práctica, de hondas raíces históricas, pase a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Mundial Inmaterial de la Unesco. En concreto, trabajan en esta propuesta Albania, Andorra, Croacia, Luxemburgo, Rumanía y España, con el fin de ampliar el primer reconocimiento efectuado por la Unesco en 2019 a la trashumancia en Austria, Grecia e Italia.

La declaración que se tramitará en Asturias se apoya en un estudio del investigador David González Álvarez, realizado por encargo de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, en el que se analizan las bases productivas la trashumancia, así como su contexto social y su génesis histórica. También se definen los elementos y características que la definen como una práctica cultural de carácter inmaterial.

 El estudio concluye que la trashumancia constituye en Asturias una práctica ganadera viva, que determina la formación de una serie de rasgos culturales y productivos dignos de consideración. Su desarrollo ha tenido y aún tiene notable impacto en la historia, la cultura, la economía, las relaciones sociales, las identidades y los paisajes del medio rural. Se trata de una manifestación cultural que hunde sus raíces en los paisajes rurales asturianos y que ha devenido en formas particulares de habitar el territorio. Las características formas de poblamiento vinculadas a esta práctica incluyen elementos consustanciales a la trashumancia asturiana, como los pastizales invernales o las brañas y majadas.

 

Además, las formas de vida características de los grupos trashumantes han permitido desarrollar innumerables elementos que enriquecen la cultura y el patrimonio, desde objetos de artesanía a productos como los quesos y mantecas, pasando por labores específicas ligadas al cuidado del ganado, recetas de comida, canciones o utensilios.